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sábado, 26 de noviembre de 2011

Las tribulaciones de un sueco en Ikea (II)

Mi mujer me mata. Dice que en la anterior entrada la he puesto de maruja... Claro, ella cuando va al Ikea, que es lo mismo que para mi ir a comprar el periódico al kiosko de la esquina, no se va fijando nada más que en lo que quiere comprar. Yo no, yo soy curioso por naturaleza pero soy incapaz de distinguir entre un sofá de tres plazas y un armario de cocina. Me quedo mirando el microondas y pienso que el canal es muy aburrido, soy muy dejado para esas cosas.  Pero en lo que sí me fijo es en la gente. Me gusta la gente, observarla. Para comer prefiero la ternera.
Decía anteriormente que había guiris expertos en Ikea. Bonita fauna la del guiri afincado en la Costa del Sol. Eso sí, el día que pasaron la frontera por primera vez les dieron los calcetines blancos y las chanclas y no se los han quitado aún. Chapurreadores, intrigantes y lístos como ellos solos van directos al grano y se cuelan por cualquier agujero. A su tran tran y a la calle en un santiamén.
De la fauna fusión hay que hablar largo y tendido. Suelo identificarlos, aproximadamente, con una frase muy ferroviaria: "Entrada de automotor procedente de ... por la vía 1" Y ahí empiezo a identificar "catetos" con nombres de empresas de autobús. Entrada de Automotor de los Amarillos procedente de San Roque (éstos ya van al Ikea de Jeréz y no vienen a Málaga) El Automotor de Portillo, Alsa, Comes, etc procedente de Alhaurín el Grande, Cártama, Coín, Almayate,Cómpeta, etc... acaba de hacer su entrada por el Andén 1.
Y mi mujer dice el consabido -Ya empezamos. Y yo me evado poniendo nombres y haciendo de ventrílocuo imaginario con las conversaciones que no oigo, pero imagino... Después de hacer el repaso a la vestimenta claro. Para gente sin complejos. Esas reinas de mercadillo de pueblo, que se ponen sus mejores galas para venir a la capital. Y que por supuesto no vienen en el Portillo. Vienen acompañadas de su novio/marido/compañero jovencito también y que la lleva como una reina en su BMW tuneao comprado con lo que ganó de peón en las obras de la costa cuando dejó el instituto y que ya lo tiene pagao y to.
Él con su gorra de lado, las gafas de sol sobre la gorra, camiseta superancha, pantalón de chandal talla XXL, zapatillas sin cordones y kilo y medio de oro colgando del cuello (posiblemente una medalla de Camarón king size entre tanto oro se deje ver) Ella botas de media caña de imitación piel, o de mosquetero. Horripilantes medias de colorines o estampadas y minifalda o mini bufanda culera. Top con wonderbrá de marca La Bellota imprescindible. A grito pelao por todo el Ikea:
          - Quilla!!! Mía esto que shulo su cohone!! (Es un taburete de cocina con elevación de rosca). 
          - Mira pishita que wapa esta toalla pal shosho, 6 un leru. (Miras y lees el cartel "Toalla de lavabo de invitados 1,05€ pack de 6, respiras hondo)
Y a tí te da algo y les haces unfollow mental. Y miras un poco más allá y ves otra parejita. Estos llaman la atención porque tienen pinta de estudiantes, bien vestidos, modositos, hablan en voz baja y mirándose a los ojos. Miras el carro y ves utensilios de cocina, útiles de aseo y poco más. Algo de almacenaje. Particularidad, son dos chicas. Sí, comparten piso, seguramente son estudiantes y piensas, evidentemente todos pensamos. Sigues observando y te dices que por qué tienen que serlo. Instintivamente las sigues con la mirada buscando algo que te lo confirme. Más que nada no es porque te importe, sino para corroborar tu intuición. Hasta que en un pasillo estrechito, la más lanzada aprovecha y le da un pico a la compañera. Tierna imágen.
Curiosamente, pasa lo mismo, exactamente lo mismo en la mayoría de las parejitas de chicos. También los observo. Y el 100% de las veces pasa lo mismo. Tiernas historias de amor en las que no me entrometo.

Ah!!! La familia Trapisonda, un grupito que es la monda.  Eso es la tercera parte de esta historia. Está quedando larga esta entrada.
Nos vemos.
Un saludo
Juanjo





domingo, 20 de noviembre de 2011

Las tribulaciones de un sueco en IKEA ( I )

Si algún lector no ha estado núnca en un Ikea le recomiendo que pulse aquí y escuche esto con atención. Si ya lo conoce puede seguir leyendo. Espero que hayan pasado ya los diez minutos (tolmundo pincha el enlace, fijo) Pues al lío.  Ayer sábado, jornada de reflexión, me disponía a reflexionar planchando el sofá todo el día y dándole a la tecla tuitera lo más posible. Ja! Iluso! Estás casado, tienes hijos, mujer, tareas domésticas. He de confesar que a las 8 de la mañana ya había hecho la tarea asignada para todo el fin de semana, que consistía en montar (más bien re-montar) un mueble de la cocina pachucho, pero salvo esto, yo quería descansar.
Y empezó el engaño, la confabulación judeomasónica por antonomasia, una madre y dos hijas contra un padre. Papá que me llevo el coche a la reunión del Grupo Scout, pos vale, coge la llave. Ah no, que tienes que recoger una carta en correos. Es igual, la recojo el lunes, total, lleva allí una semana. Venga, vamos a llevar a las niñas y así salimos un poco. Además tengo que ir al cajero a sacar efectivo.
Y el besugo se tragó el anzuelo, con plomo y todo. Dejadas las niñas, sacado dinero del cajero y en el momento que me disponía a ir a correos se oye la frase fatídica: -Me haría falta ir al Ikea. -¿Por?
(chantaje emocional) No tengo peluchitos en la consulta para mis niñitos, se los llevan... (tonto, tonto, tonto)
Bueno, vale, te espero en la puerta y tu subes a por los peluches...No, que me gusta ir contigo, gordi. (¿Por qué todas las parejas se llaman gordi? ¡Gordi, agarrame el bolso! (grande Tomás García) Gordi, mira que bien me cae la cortina esta que me he comprao para la boda de tu prima, etc.) Hala, llega al Ikea, aparca, paseito y la primera en la frente. Lo de vamos rapidito es una ilusión. Ya no eran los peluchitos, ahora es ver una cómoda para la casa nueva de Melilla que tengo muchas cosas. (Al final fueron dos, ya veremos)
Vale, vamos donde las cómodas. NO!!!! Hay que verlo todo! No necesito gel de baño, al gel de baño, hay 25 paraguas en casa, 2 más. Mira qué maletín más cuco, tengo 5 maletines. Seguimos, Guau! qué sofá. Ya tienes el más caro que había en Divatto (se aceptan donaciones) Mira qué mesa de cocina, no comemos en la cocina:  tu no vives en esta casa, los niños comen en el sofá viendo los Simpson o en la Facultad y yo como en la oficina. La mesa del comedor la usamos los fines de semana.
Total que venga a seguir la flecha y en cada esquina con cobertura (que eso es otra) un tuit descriptivo. Los colegas descojonaos en twitter y yo cabreado como un mono.
Lo que más me impresiona de Ikea es la fusión. Allí estamos todos representados. Desde el guiri residente que conoce perfectamente el método y los trucos de compra del sitio hasta la parejita del recóndito pueblo serrano que acaban de hacerse novios y ya están viendo muebles para la casita que se van a hacer en el pueblo. ¡Toda!, toda la fauna está representada.

Por hoy vale. continuaremos pronto con la fauna de Ikea.