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miércoles, 10 de agosto de 2011

DE SOMALIA, CABREADOS, INDIGNADOS, VOCEROS, PAPAS, PUPAS Y DEMÁS FAUNA



                Hay cosas de las que nunca escribo. Una de ellas es de religión, de ninguna. La otra de toros. ¿Por qué? Me gusta ser políticamente correcto.  Para mí lo políticamente correcto es no ofender a nadie, no molestar. Cada uno tiene sus creencias y por respeto no comento, ni en positivo ni en negativo. Con los toros me pasa lo mismo, es una religión.
                A veces en broma se comenta algo y siempre o casi siempre has de decir que iba en broma.  Por eso hay cosas de las que nunca escribo.  Hay otras cosas de las que no escribía, no me gusta, una de esas otras cosas es de política. Las opiniones son como el culo, todo el mundo tiene una. Tampoco es plan de ir por la vida malmetiendo y “haciendo amigos”.  Los que me conocen dicen de mí que soy asquerosamente sincero.  Yo lo niego rotundamente. Si lo fuese no tendría ningún problema en disparar en plan francotirador contra todo y contra todos, amparándome en mi sagrado derecho a ser anarquista y no estar de acuerdo con nadie.  Tampoco lo haré, al menos por ahora, ¿por qué? Porque no voto, si no voto no tengo derecho a protestar. Contra nada ni contra nadie. Puedo opinar, como cualquier hijo de vecino. Por otro lado tengo la ventaja de no deberme a nadie…
                Por cierto, ya se me olvidaba, yo quería hablar de una cosa, Somalia. El hambre que está pasando esa pobre gente. El revuelo que se ha liado con la visita del Papa a España y el gasto que supone. Que si la iglesia esto, que si la iglesia aquello, que vaya pandilla de holgazanes, pederastas y vividores que están hechos. Y esas voces que se alzan en contra de la visita pidiendo que no venga y que done la pasta a Somalia. Y me acordé de mi prima Loli. ATS y Maestra. Está en Somalia con una ONG. Cuando no está en el hospital de campaña está con un grupo de “negritos” del Domund (Si, el Domund, esa cosa con huchas de colores que se inventaron para tranquilizar nuestras conciencias en los años 60 y 70 y que siempre llevaban negritos pintados) dándoles clase, en inglés por cierto. Posiblemente esos mismos niños utilicen el inglés que van aprendiendo poco a poco entre hambruna y hambruna para subirse a una chalupa con un AK-47 y secuestrar un atunero español para pedir rescate. Así se les financia doblemente, las ONG y la gran ONG europea pagando rescates. Mi prima Loli antes de Somalia ha estado en el Amazonas con la ONG. Es culillo de mal asiento.
                Vuelvo al tema, ahora toca indignados.  Indignados ¿por qué? Porque no ven futuro, posiblemente. El futuro no existe, lo creamos nosotros con nuestras acciones. Las acciones que están tomando los indignados hoy están configurando el futuro.  ¿Lo están cambiando?  Posiblemente. Lo que no sé si ese futuro será mejor o peor que el que tendríamos si no hubiese indignados, acampadas o 15M’s.
Los de Londres, uf! Esos van aparte.  No tienen Euros, tienen libras esterlinas. No les preocupan nuestros problemas de calificaciones triples A, ni subida o bajada de tipos de interés. ¿Entonces? Bueno, puede ser divertido. Pueden ser ganas de tocar los cojones al gobierno, pueden estar manipulados.  O lo más fácil que se me ocurre, es lo más políticamente incorrecto.  Los ingleses son los verdaderos NiNis de la Unión europea.  La sociedad más subsidiada de toda Europa.  Los chavales están acostumbrados a vivir del subsidio que cobran sus padres y deseando llegar a la edad mínima para cobrarlo. Ni estudian ni trabajan. ¿Para qué? Que no tenemos médicos.  Bueno, tenemos Libras para pagarlos, que vengan los españoles que son buenísimos médicos y además cobran una miseria al cambio. Por otro lado está la estratificación social británica. No hay mestizaje. Hay inmigración como en cualquier otro país.  Pero viven en ghetos aislados, no se permite la mezcla. Ese clima crea problemas que acaban en revueltas y pillajes.  Aprovechan una acampada o una protesta tipo 15M pacífica y responsable para quemar un par de barrios. Que por cierto van a quedar monísimos cuando los reconstruyan los obreros inmigrantes que contratarán las adjudicatarias ya que los británicos no trabajarán porque tienen el subsidio y los fish and chips.
Volvemos a la madre patria. Creo que lo dije antes y si no lo dije lo digo ahora. Estoy un poco harto de política. De oír de política, de hablar de política, de leer de política. Estoy harto de leer y oír a voceros de todos los partidos largando en contra del prójimo. Tómese el prójimo como el perteneciente a otro partido, que por cierto cuando no hay campaña electoral a la vista, son los más amigos y amigables del mundo.
Estoy muy harto del “y tú más” no hay cosa que más me reviente que el no tener más argumento que achacar al contrario que no sabe resolver lo que uno mismo no sabe resolver. Construyamos ya de una puñetera vez todo esto. Si hay que tirarlo todo y construirlo de nuevo, se hace. A mí ya me pilla mayor, pero si hay que picar se pica. Empecemos por no cerrar las listas.  ¿Por qué tengo que votar como mi representante a un señor o señora, o señorito o señorita que no conoce Málaga ni por fotos porque el partido tiene que colocar a sus 53 Barones por narices?  Por qué tengo que votar una lista cerrada de 25 personas a las que ni conozco, ni me conocen, ni sé siquiera a qué se dedican pero están en las listas del partido y hay que pagarles los favores recibidos.  Siempre lo he dicho, a las papeletas electorales les falta una frase al principio: “Téchese lo que no proceda” quiero poder borrar de la lista electoral del o de los partidos a los que vote a los candidatos que yo no quiera votar.
Quiero conocer personalmente a la persona que me represente en Madrid, quiero que tenga un despacho en mi barrio o cerca de él (en la circunscripción) donde yo pueda ir los lunes y viernes a cantarle las 40 en bastos y decirle a la carita de ángel que o arregla las farolas de mi calle o la próxima vez le va a votar Rita la cantaora y se va a tener que poner en la cola del INEM o a limpiar las escaleras del partido. Porque ese día mi voto contará como mil.  Lo habremos elegido unos cientos de electores, o quizá miles. Pero a los cuatro años, si estoy cabreado puedo votar a su contrario, y se me pueden unir más electores y se queda en el puto paro. Como tantos otros españoles.  Se concienciará de que es un servidor público, no un privilegiado que pisa moqueta desde que se apuntó a las juventudes hitlerianas, digo del partido. Que mañana le quito el coche oficial y que pasado mañana me presento yo a diputado y a lo peor gano, o a lo mejor le doy dolor de cabeza. Como poco.
                Estoy empezando a escribir mucho y decir poco, el espacio es limitado y yo un abuelo cebolleta.  Pues eso, que no me gusta la actual política y que quiero dar un tirón de orejas  a los voceros partidistas que quieren conservar el puesto o en su defecto pillar alguno en la próxima.  Eso sí, con todo mi respeto y admiración, sin ninguna animadversión.  No odio a nadie, porque como dijo Emil Cioran: “He decidido no odiar a nadie desde que me di cuenta que acabo pareciéndome a mi último enemigo”  Qué razón tenía el húngaro.
                Por cierto, me despido ya de todos esperando no quedar muy pesado en esta entrada, que es casi una declaración de principios.  Aunque según Marx (Groucho por supuesto) si no le gustan mis principios tengo otros. Una cosa se me olvidaba, no sabemos por dónde anda mi prima Loli, le toca teléfono satélite una vez al mes y el mes pasado no llamó. 
                Si alguien que lea esto va por Somalia y pasa por una mierda de ciudad llena de arena y polvo rojo del desierto, con cadáveres de ganado recomidos por el sol y los buitres. Una ciudad de nombre impronunciable cerca de Mogadischo que pregunte por Loli. Aunque allí le llaman Hermana María Dolores , y la ONG para la que trabaja se llama Cáritas.
Lo siento de verdad. Tenía que decirlo.
Gracias por aguantarme.
Juanjo Fernández.